Dilema directivo que se relaciona con el Facultamiento

El entorno de negocios moderno a menudo se describe utilizando términos como hiperturbulencia, complejidad, velocidad, competencia y cambio revolucionario. Bajo tales condiciones, las prescripciones para una eficacia organizacional y directiva requieren una fuerza de trabajo flexible, autónoma y emprendedora, en vez de una que confía en los directivos para la dirección y el control. La toma de decisiones menos centralizada, una menor dirección de arriba hacia abajo y un menor liderazgo autocrático son prescritos como prerrequisitos para las organizaciones modernas de alto desempeño.

En nuestra investigación sobre cómo se dirigen las organizaciones cuando enfrentan un declive, turbulencia, recorte y cambios, hemos identificado 12 atributos negativos de actitudes que denominamos “la docena sucia”:

-Las personas se vuelven conservadoras

-Se reduce la comunicación entre trabajadores

-El temor y el conflicto incrementan

-El empuje y la moral y la productividad se reducen

-El mal humor se vuelve habitual en las interacciones

-La lealtad y compromiso a la organización se erosionan

-Las decisiones importantes las realizan altos cargos

-Las personas se vuelven más rígidas y resistentes en tiempos inciertos

-Las personas de cargos inferiores se vuelven dudosas

-Los individuos se sienten vulnerables al exponer ideas no probadas

-Aumenta el sentimiento de incertidumbre

-Los miembros del equipo son reticentes a contribuir y probar ideas nuevas e innovadoras

 

¿Cómo podemos alguna vez fomentar el desempeño eficaz?

La respuesta a estas preguntas es utilizar el Facultamiento. Si los directivos son hábiles para conceder Facultamiento a los trabajadores, la inercia que impulsa a las organizaciones hacia las actitudes disfuncionales de la docena sucia se contrarrestara.