Cuando hablamos de rebranding, hacemos referencia a una estrategia que se utiliza para refrescar o dar aires nuevos a una marga, que se renueva mediante el cambio de nombre, logotipo, diseño, etc. El objetivo suele ser adaptarse a los nuevos tiempos, cambiar todo aquello que podría haber quedado obsoleto y con todo ello, mejorar.
Pero por ejemplo, cuando se habla de diseñar logos, se advierte siempre que el logotipo empresa debe ser atemporal. Y es que, aunque a veces puede ser conveniente y necesario un cambio, en lo relativo a la imagen corporativa de los negocios debe primar la estabilidad.
Pero si otras marcas pueden cambiar, ¿por qué la mía no?
Aunque vemos a menudo cambios en las marcas, estos cambios deben meditarse muy bien y estar muy justificados. Si estas variaciones son hechas poco a poco y de forma que casi no se perciban, su impacto puede ser mínimo y no alterar la situación de forma sustancial. Pero los cambios radicales pueden tener un precio para las empresas, que a veces será alto.
Así opinan algunos expertos, que advierten que el cambio a veces puede salir mal. Construir una marca es un objetivo fundamental para todas las empresas, y estas a veces cambian su imagen por razones de posicionamiento, para que los usuarios puedan diferenciar mejor aquello que ofrecen. Pero se trata de una decisión arriesgada.
Hay que tener en cuenta, además, que suele tratarse de un cambio global. ¿Por qué? Porque cualquier cambio corporativo de una marca afectará no solo a su material gráfico, sino también a otros elementos como blogs, redes sociales y páginas web que tienen que encajar las modificaciones hechas.
¿De verdad es tan mala idea darle un cambio a la imagen de mi empresa?
En caso de que lo que se busque sea una mejor opinión de los clientes, o bien ganarse el favor de un mercado nuevo, puede ser una idea interesante intentar posicionar la empresa de forma que sea percibida como distinta. Esto pasa por pensar en una propuesta de valor que se base en una diferencia importante para el público meta, por ejemplo, un nuevo aspecto de la página web o del blog, que podría atraer a más leads a la marca.
No obstante, volvemos a lo mismo: los cambios no siempre son positivos. Razón por la cual es muy importante pensarse muy bien la decisión de hacer rebranding, ya que igual que se puede ganar, se puede perder. Y no cualquier cosa, sino algo tan importante como una buena parte de la cuota del mercado. Todo ello por una medida que a resultas, no era precisamente necesaria.
Al hacer rebranding no solo se cambia una imagen o una tipografía, sino que se transforma toda la filosofía de la marca. Hay que buscar un sentido lógico, ya que si se cambia un logo sin motivo alguno, por ejemplo, las pérdidas pueden llegar pronto.
Por ello, antes de decidir es importante estudiar bien la cuota de mercado con la que se cuenta, y si el cambio puede traer más ganancias o por el contrario, dañar a la marca. Lo mejor que se puede hacer es consultar la opinión de un profesional del marketing digital.